Nuestro último viaje antes de encerrarnos hasta quién sabe cuándo, fue a Brasil. Este Diógenes y su querido Lolo se dieron unos merecidos días de descanso en Río de Janeiro y Buzios, hace poco más de un año.
 
Ir por el mundo fotografiando Diógenes 👴.
 
El primer fin de semana lo pasamos en Río, caminando, sudando, comiendo y tomando, básicamente. Después, partimos a Buzios para seguir haciendo más o menos lo mismo. Llegamos tipo 3 de la tarde, el bus que nos traía nos dejó en un paradero y se fue. Convencidos, agarramos nuestras mochilas y pertenencias y empezamos la búsqueda de la posada que reservamos, "Vista Hermosa". A los pocos minutos nos dio calor y nos impacientamos, así que fuimos directamente a preguntarle a la primera persona que vimos si sabía hacia dónde teníamos que ir. Obvio que nunca se nos ocurrió pensar que la hermosa vista se obtenía desde el último punto del último cerro del balneario. Tomamos un taxi, llegamos, nos instalamos, vimos la vista y partimos a la playa. Mi Lolo venía desde Santiago transmitiendo con los camarones apanados de la playa, así que pedimos unos de esos y unas cervezas, y nos dedicamos a escuchar la música, disfrutar el clima y mirarle el poto a la argentina regia que se paseaba en colaless.
 

Hermosa la vista po 

Después de enojarme un rato porque qué onda el poto de esa mujer, y no sin antes pasar a saludar a la Brigitte, terminamos el día con un descubrimiento que se volvió rutina para el resto de la semana: chepes gorditos de queso en Chez Michou y dos caipirinhas por nuca pa marearnos y nos darnos cuenta de la subida al cerro que nos esperaba. Brasil es vida. 

 
 
Caminar por las calles tomando cerveza, la felicidad del queso. Vacaciones ♥.
 

En todo caso, qué importa el cerro cuando al otro día te atienden con un desayuno como ese (han cachado que siempre hablo de los desayunos? 😋). Pancitos, queque, galletas, frutas, café, yogurt con cereales, jugos y más. "Soy digna de esto", le dije al Lolo y nos fuimos a pasear. Cotizamos un buggy así como que no quiere la cosa y seguimos a la playa. Mi sireno nadó un rato luciendo su sunguita y yo estuve pegada mirando cómo se movían los caracolitos de las rocas cuando les llegaba el agua. Después de ese rato haciéndonos de rogar, volvimos por el buggy y dimos fin al drama del cerro.

Praia Azeda, Buzios

Una vez motorizados, pudimos recorrer todas las playas que veíamos en el mapa: Praia do Forno pa los bajo perfil, Ferradura si es que anda en familia, Brava pa los zorrones, Tartaruga pa estar playa comiendo frituras[ricas] y Geribá pa los surfer y/o expertos en capear olas (grandes). 

Atardecer en Praia do Forno

 
 

La mañana siguiente en Praia Brava (que si sigue pallá se pone nudista) 

Almorzar en Tartaruga 🐢

Y dormir siesta con esta vista 👌

Después de 5 meses de estar encerrados en la casa y haber pasado por todos los estados por los que hemos transitado, recordar este tipo de momentos me hace un cariño necesario y agradezco el tenerlos acumulados en mi memoria. No sé cuándo podamos volver a esos días de vacaciones y dieta estricta, así que por mientras, al menos la dieta la conservaremos para seguir alimentando al espíritu.

Te amo mucho, Brasil 💚

Aguante Diogenitos! 

Con cariño,

Diógenes

10 agosto, 2020 — Claudia Aspée

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